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22 de enero de 2013

El camino, Miguel Delibes

"Las cosas podían haber acaecido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así. Daniel, el Mochuelo, desde el fondo de sus once años, lamentaba el curso de los acontecimientos, aunque lo acatara como una realidad inevitable y fatal. Después de todo, que su padre aspirara a hacer de él algo más que un quesero era un hecho que honraba a su padre. Pero por lo que a él afectaba...
Su padre entendía que esto era progresar; Daniel, el Mochuelo, no lo sabía exactamente".
Si hay un libro que quien ha leído no olvida fácilmente ese es, sin duda, esta obra que publicó Miguel Delibes en 1950. Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y sin embargo, salvando las distancias, se puede decir que no ha envejecido mal. Tal vez sea porque el retrato que hace el autor sobre la infancia resulta tan realista que todos nos sentimos identificados en algún momento con los protagonistas del libro; tal vez sea porque en realidad añoramos ese universo de libertad que destilan los pueblos para los niños; tal vez sea, simplemente, el estilo de Delibes, tan característico y especial.
"El camino" está ambientado en una población rural y Daniel, apodado "el Mochuelo" y el protagonista, se enfrenta al cambio más importante en su vida: su padre le envíará a estudiar el Bachillerato a la ciudad. Por ello, abandonará la vida que ha conocido hasta entonces en su pueblo con sus amigos Roque, el Moñigo y Germán, el Tiñoso. La última noche que pasa en el pueblo, antes de su partida, Daniel recordará lo que ha sido su vida allí, incluyendo las anécdotas de los habitantes, siempre acompañados por sus motes: las Guindillas, Mariuca-uca, las Lepóridas... 
Se trata de una novela que combina a la perfección el humor, la ternura y el drama, pero sobre todo es la novela de la nostalgia por una infancia perdida. Tanto su tema como su ritmo, marcado principalmente por la musicalidad que le da la repetición de los apodos de los personajes, hace que sea una obra de inolvidable lectura que todos deberíamos disfrutar. 

11 comentarios:

  1. Es una de las muchas obras de Delibes que tengo pendientes. Creo que la tengo en casa, así que prometo ponerme con ella muy pronto, en cuanto pueda, porque me apetece mucho.

    Besos

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  2. También la tengo pendiente.
    Es un escritor que me gusta bastante, así que caerá seguro =)

    Besotes

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  3. Ha pasado tanto tiempo... Leí esta novela cuando había salido ya del ambiente rural para vivir en la gran ciudad. Todavía resonaban con fuerzas los apodos de mis paisanos, costumbre muy generalizada en el medio rural. De alguna forma, yo estaba también en aquella despedida en aquella nostalgia de la infancia perdida y de los juegos rurales que había dejado atrás; ahora me formaba al tiempo que trabajaba, como era la costumbre de la época y mi vida era casi un paralelo al que años antes había dibujado Delibes.

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  4. Pues habrá que pararse y leerlo, que en estos días se necesita separar la mente de la actualidad.

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  5. Me gustó muchísimo cuando lo leí, años ha. He intentado que mis hijos lo lean, pero sin éxito.
    Creo que se precia más si alguna vez has vivido en ambiente rural.

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  6. Ya lo agende
    Gracias
    Abrazo

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  7. Me encantó este libro, tan entrañable.
    Delibes es un maestro y le admiro muchísimo. Una obra que deberían leer todos al final de la niñez, verdad??
    besotes!

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  8. La recuerdo como una película.De Delibes todo.

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  9. La recomiendo a todo el mundo, jóvenes y mayores, hombres y mujeres. La leí en el instituto y me encantó. Últimamente, me están entrando unas ganas tremendas de releerlo después de tantos años y disfrutarlo de nuevo, y con reseñas como la tuya más aun, así que me pondré a ello. Delibes era un narrador genial. Grande de grandes.

    Saludos.

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  10. No me guta mucho Delibes. He intentado leer sin éxito varios de sus libros y sigo pensando que no es mi estilo.

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  11. A mí me gustaría saber porque, cuando se refiere a alguna persona, cita el nombre más el mote: Daniel, el Mochuelo se fue al río... Cuando bien podía decir Daniel se fue al río.
    O también cuando repite hasta la saciedad refiriéndose al cura: Don José, que era un gran santo... ¿Es manía de Delibes? ¿O es solo en este libro? ¿Por qué?
    De verdad que me tiene muy intrigada!!! Si alguien lo sabe que conteste. Gracias de antemano...

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