Me gusta que me sorprendan. Me gusta descubrir escritores que no conocía. Salir de la rutina de leer siempre los mismos, para poder conocer distintos personajes. Y, aunque las situaciones puedan repetirse, ver la manera que cada escritor tiene para desarrollar una trama.
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El asesino del ajedrez es la primera novela que leo de
Mercedes Gallego. Intuyo que no será la última.
La novela se sitúa en una época muy concreta: el momento de
la transición de funciones desde la Policía Nacional a los Mossos d'Escuadra. Justo
durante esos meses, aparece un asesino. Sobre el cadáver del primer muerto - un
guardia urbano - la policía encuentra
una nota con una anotación que parece pertenecer a un movimiento del tablero de
ajedrez: TR6xA y un cuchillo cuya empuñadura tiene forma de alfil de ajedrez.
El caso se le asigna a una inspectora con poca experiencia en la resolución de
esta clase de asesinatos: Ramona Cano.
Pocos días después aparece otro cadáver en las mismas
condiciones que el anterior, lo que les lleva a deducir que quizás se
encuentran ante un asesino en serie. Un caso muy delicado que la inspectora
Ramona Cano debe solucionar para evitar que sea transferido a los Mossos d'Escuadra y que dejaría a la Policía Nacional en una situación poco favorable.
Y aquí comienza la trama de El asesino del ajedrez que se
mueve en la zona del Ensanche de Barcelona, cuyas calles conforman el tablero
de una partida macabra.
La novela es muy amena, se lee con agilidad, sin parones
innecesarios que ralenticen la lectura y el descubrimiento de la trama
policiaca. Una lectura que engancha desde el primer momento porque está muy bien llevada. Mercedes va dosificando la información mientras nos adentra en los personajes que, por cierto, están psicológicamente muy bien perfilados. Son
humanos, con todo lo que ello implica. Aquí no nos encontramos con héroes prefabricados
que resuelven las cosas por ciencia
infusa. Los personajes, en especial las mujeres, tienen problemas personales,
indecisiones, ganas de abandonar y caracteres fuertes.
Por poner una pega - que ya la he comentado con ella - es que me ha llamado la
atención que hay personajes secundarios que desaparecen de la trama de la
novela, casi sin dejar rastro. Es el caso del subinspector Cañete que formaba
pareja con ella y que le daba un contrapunto muy bueno. Pero cada escritor tiene la facultad de hacer intervenir a sus personajes cuando lo considera conveniente. O hacerlos desaparecer si cree que su función ya no es relevante para la historia.
Durante la novela Mercedes aprovecha para hacer incisos
sobre situaciones de la actualidad. En este caso sobre los programas basura de
la televisión. Esos programas que se hacen eco de asesinatos y que lo único que
pretenden es subir su propia audiencia. Una crítica saludable y merecida sobre
un fenómeno que no hace más que enturbiar la vida.
Otra de las cosas que me gustan es que la investigación
recaiga en manos de una inspectora. Así
pues, solo añadir que El asesino del ajedrez es una novela muy recomendable para los lectores de novela policíaca
una lectura absorbente, bien escrita y muy bien documentada.
La novela de intriga y policiaca que busco normalmente es de otro estilo. Por otra parte te has dado cuenta de que cuando le dan el protagonismo de una investigación a una mujer le ponen nombres de este estilo: Ramona. Me llama mucho la atención.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy buena pinta tiene este libro. Me lo descubres y me presentas también a la autora. Gracias!
ResponderEliminarBesotes!!!
Tiene buena pinta por la reseña que has hecho. Respecto a lo que dice Mariuca, no siempre es cierto. Dolores Redondo a la inspectora foral, protagonista de la trilogía del Baztan, le asigna el nombre de Amaya Salazar, nombre y apellido muy, muy navarro, de acuerdo con el lugar donde ochurren los hechos. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarMe ha interesado, al margen de la novela de la que nos hablas, tu gusto por la lectura novedosa, por los autores no repetitivos, sino bucear entre el gentío de las estanterías en busca de otra forma de contar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por la alerta de Google he tenido noticia de la publicación en el blog de Elena Casero de esta magnífica crítica. Gracias, Elena, y tienes toda la razón, se me perdió Cañete.
ResponderEliminarA todos los que habéis comentado, gracias por vuestro interés. Respecto a lo que dice Mariuca sobre los nombres, es cierto que buscamos nombres que suenen y a ser posible, que se recuerden, peor por encima de todo, que no estén ya en uso en otras novelas. No recuerdo Ramonas por ahí, y además me servía para que uno de los personajes pueda llamarle Ram.
Pronto tendré una nueva entrega.
siempre es un placer leerte poeta
ResponderEliminarEn estos momentos estoy un poco saturada de novela policiaca pero me guardo la recomendación para más adelante.
ResponderEliminarNo lo conocía, pero me llama la atención la trama.
ResponderEliminarGracias por la reseña =)
Besotes
A mi este estilo me gusta más cuando tira a novela negra.
ResponderEliminarBesos.