Alerces y uapitís. Los vientos chinook. La llegada del frío. La preparación que requiere la nieve. La soledad. La plenitud.
Suena lejano y más en estos días en los que febrero se ha transformado en primavera pero se agradece que te lleven de la mano a conocer otras formas de vida a las que, probablemente, no vayamos nunca.
"Ama el invierno. No lo traiciones. Sé fiel.
Cuando llegue aquí la primavera, ámala también, y después el verano.
Pero tienes que ser leal al invierno en toda su magnitud (en toda su magnitud y con sinceridad) o te verás tirado en la cuneta, ansiando una primavera a la que aún le falta mucho por llegar, y el invierno te habrá abandonado y en su lugar tendrás la fiebre de la cabaña, la peor.
Cuanto más frío hace, más tienes que amarlo.
[...]
Hay que aprender a amar el frío, el inverno. Si amas la tierra, el paisaje (si de verdad amas la tierra), puede que descubras que eres capaz de amarlos, sobre todo, en invierno."
Gracias Zamarat por traernos este libro. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti, Chelo, por estar ahí. Abrazo!
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