He ido leyendo los poemas despacio dejándome empapar por la ritmo de sus versos, cadencia que consigue al utilizar una métrica impar, pero también por lo que dicen y por las vivencias que trasmiten.
Al llegar a Paris
busca el
hotel Lutetia.
Sigue la
fila de los moribundos.
Reconocerlos
te será muy fácil;
ninguno
tiene prisa...
Así empieza el viaje que haremos con Inmaculada Pelegrín en "Todas direcciones" , un poema dedicado al Hotel Lutetia, hotel que en 1945 fue un centro de acogida y recibió la mayor parte de los superviviente de los campos de concentración nazis. Hoy es un hotel de lujo.
Con ella he recorrido la Reserva Mabira Central Forest de Uganda, donde ha hecho que me sienta uno más de los turistas reseñados, me he mojado las manos en las aguas del Nilo y he viajado "A 107.000 km/h " sintiendo el vértigo que trasmite su lectura.
En este mismo instante
son las tres menos cuarto en algún sitio,
se desprende una fruta de una rama
y tropieza en el suelo,
.../...
unas ruedas
chirrían al raspar el asfalto,
una mujer se viste
para ir a la ópera,
su hermana se desviste en un burdel ,
../...
desaparece el último
rinoceronte macho de Sumatra,
un hombre engominado,
viola a un niño,
.../...
Mejor no investigar en los lugares
donde pudiera estar no sucediendo nada.
Pero leer "Todas direcciones" no es solo hacer turismo, es también hacer un viaje interior desde nuestra infancia, hasta nuestro yo actual y la muerte.
El globo se
dirige,
en su
ascenso imparable,
camino al
firmamento.
…/…
Atrás quedó
la feria con un niño
que, al volver
la cabeza, recibió
de su mano
vacía
la primera enseñanza.
En otro momento de su poemario, nos dice ...
Que nos vamos haciendo
a cada paso
y con lo que nos pasa,
a tu edad y
la mía
no es
ninguna sorpresa.
…/…
Encontrarse
no es más que el resultado
De innumerables
pérdidas....
Y en los versos finales del poema Alguien leemos
... Alguien tiene que hacerlo
tan solo por haber quedado vivo.
La muerte no
termina, continúa
en todo lo
que falta por hacer
cuando ya no
podemos hacer nada.
Y ha sido con el comienzo de este poema
Alguien tiene que hacerlo. / Ocuparse de las cuestiones prácticas:
que Inma Pelegrín me ha llevado hasta el poema, Fin y principio de Wislawa Szymborska,
Y como Pelegrín se mueve en todas direcciones también nos deja ver algo de realismo sucio en su libro.
Un instante
después
observo sus
cadáveres
que, siendo
transportados por la cinta,
descienden
hasta un hombre.
Su trabajo
consiste
en colocar
grilletes
a sus patas
traseras
para izarlos
luego con la grúa
y que queden
colgando al desangrarse.
.../...
Y terminamos nuestro circuito en Alejandría
... Encuentra ese lugar
para fundar tu sueño recurrente
en donde los desiertos
de la arena y del mar se contraponen.
.../...
Enhorabuena Inmaculada por este merecido premio y por darnos la oportunidad de viajar contigo en Todas direcciones.
Inmaculada Pelegrín (Lorca, Murcia) ha publicado, entre otros, Trapos sucios (ed. Tres Fronteras 2008); Óxido (Pre-Textos, 2008), Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego; Cuestión de horas (La isla de Siltolá, 2012), Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez.
Ganadora del Premio Pulchrum 2020 que concede la Fundación OLumen y con Todas direcciones (Hiperión), ha ganado el XXIV Premio Internacional de Poesía «Antonio Machado en Baeza».