El leonés Andrés Trapiello nos cuenta en esta original novela los sucesos que acaecen tras el fallecimiento de Alonso Quijano en su lecho después de recobrar la cordura. A lo largo de sus páginas van apareciendo todos aquellos personajes que mejor conocieron al Caballero de la Triste Figura en sus andanzas caballerescas, Sancho Panza, Gines del Pasamonte, Dulcinea, Sansón Carrasco, el barbero, el cura etc.; o en su vida en ese lugar de la Mancha de cuyo nombre el autor no quiso acordarse, como el ama o la sobrina.
Podría decirse que esta novela da comienzo con el final de otra novela iniciada hace cuatrocientos años. Con todo el vecindario de ese pueblo ignoto volcado en el entierro de Don Quijote.
Asistimos a las vacilaciones del cura, del barbero y del bachiller sobre la bondad de sus acciones para devolver a don Quijote a su pueblo para recobrar la cordura, y si esta recuperación ha sido la causante de una muerte tan rápida.
Nos enteramos del amor no correspondido de Quiteria, el ama, por Alonso Quijano y su fidelidad al hidalgo. El desliz de Antonia, la sobrina, su amor por Sansón Carrasco y las maquinaciones de ambas para que este amor llegue a feliz puerto, a pesar de una cláusula muy especial del testamento de su amo y tío.
Nos percatamos de la sensatez de Sancho Panza y su firme decisión de aprender a leer, y lo hace en un par de semanas, obsesionado como está por ojear él mismo el libro de sus aventuras que anda de boca en boca. Asistimos al nacimiento de su gran rencor hacia los duques al conocer las burlas de que ha sido objeto por parte de estos cuando lee la segunda parte de Don Quijote. Ayudados por Sancho desvelamos los embustes de Ginés del Pasamonte haciéndose pasar por don Santiago de Mansilla que cuenta haber estado con Don Quijote en La Almunia de Doña Godina, ignorando que éste ya ha fallecido, y al que ha ganado por la mano, según asegura, casándose con Aldonza Lorenzo.
Conocemos de su propia boca las motivaciones del bachiller Sansón Carrasco para enfrentarse al Caballero de la Triste Figura en dos ocasiones, siendo vencido como el Caballero de los espejos y saliendo vencedor como el Caballero de la Blanca Luna. Descubrimos el viaje que realiza a Madrid, acompañado de Sancho Panza, para homenajear y ayudar a Miguel de Cervantes quien, por una licencia anacrónica del autor, ha fallecido al mismo tiempo que su personaje.
El lenguaje utilizado por Trapiello es cervantino con un riguroso respeto al autor del Quijote. En mi modesta opinión, la lectura tiene altibajos. Un inicio quizá un tanto alargado que hace que la novela tome peso y se torne algo espesa, para continuar in crescendo y culminar con un final un tanto sorprendente que parece dejar la puerta abierta a continuarla por otros derroteros.
La novela es original y se deja leer con agrado, en particular, por aquellos que no tienen esa especie de fobia o prevención, tan habitual, hacia la obra más importante de nuestra literatura española, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Andrés Trapiello ha escrito novelas, libros de ensayo y de poesía, y tiene en su haber varios premios literarios.