Ya El país del miedo me había dejado impactada y esta última novela del autor no ha sido menos sorprendente: un grupo de jóvenes decide habilitar un espacio insonorizado, donde nunca entra la luz, a modo de refugio. Esa habitación los acompaña durante varios años de su vida, ofreciéndoles no solo calma ante las situaciones que los acosan a diario sino también un lugar donde experimentar con la sexualidad.
Pero no se trata solo de eso: también encontramos actualidad política y económica y la respuesta ciudadana: una revolución en la sombra que solo se descubre hacia el final, aunque el autor nos ha ido ofreciendo pinceladas dispersas e inconexas a lo largo de la novela. Sin embargo, no hablaré más sobre este tema para no desvelar nada, pues creo que es uno de los puntos fuertes de la historia.
Por otro lado, no solo el tema es original; también lo es la forma de contarlo. Así, el narrador utiliza la primera persona del plural para referirse a los protagonistas de la narración, a modo de grupo y no como individualidades. Y es que, aunque conocemos las historias personales de algunos de ellos, el narrador mantiene en todo momento ese plural "colectivizador".
Decía al principio que la primera novela que leí de Isaac Rosa me marcó, pues me provocó muchas reflexiones que, a día de hoy, aún recuerdo y sospecho que con esta novela me sucederá lo mismo: es de esas que dejan unos posos, como los del café, difíciles de olvidar.
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ResponderEliminarÓtimo domingo!!!
Beijinhos do Brasil. ♪♬°
·.·.✿✿ミ
¡Hola!!! No conocía a este autor ni los libros. Pero me los apunto, porque vreo que me pueden encantar.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirlos
Besos