22 de noviembre de 2018

Los zapatos del indigente de Asunción Caballero.



El pasado lunes, día 19 de noviembre, en la biblioteca municipal  Elena Fortún de Madrid se presentó por segunda vez   LOS ZAPATOS DEL INDIGENTE ( Editorial Lastura) de ASUNCIÓN CABALLERO.
Esta vez la presentación estuvo a cargo de la poeta y narradora María Sangüesa y aquí os dejo las palabras que dijo sobre el libro a modo de reseña del mismo. 

Asunción Caballero, nos entrega este libro de poemas, LOS ZAPATOS DEL INDIGENTE,  y lo primero que nos intriga, al contemplar su cubierta, es su título. Un título que nos resulta sorprendente y hace que deseemos adentrarnos en el interior de su cuidada edición, así  como quien traspasa un mágico umbral que nos introduce en el inmenso mundo poético de la autora, en busca de esos zapatos, mientras nos preguntamos  quién camina sobre ellos y de qué manera lo consigue.
Profundizar en sus páginas es como abrir un amplio caleidoscopio que va mostrando luminosas facetas. Nos lo adelanta el primer poema de la primera parte, que ha titulado: Asomada a la barandilla de los días, en el que sus versos nos conducen a esa íntima confesión sobre qué es, para ella, la poesía. Nos lo explica mediante exquisitas imágenes:
Construyes para mis zapatos
un camino de cristales labrados con reflejos.


Lidia López Miguel ( la editora ) Asunción Caballero ( autora ) María Sangüesa (poeta y narradora) 


Su mirada nos hace caminar sobre el tiempo, por los destellos de su infancia, entre los brillos que se encienden y apagan sobre sus vivencias pasadas, sobre los instantes que dejaron su huella indeleble en esa senda de vidrios que es la vida,  mostrando toda su belleza de aristas multicolores que expanden sus reflejos─ inasibles reflejos─ de filos cortantes y centelleos de arco iris, como promesas de esperanza, pese a la cruda realidad que se anuda y se vislumbra en cada una de sus palabras.
Nos va llevando, con maestría, por la senda del amor, de la amistad, y de su genealogía, hija y madre, raíz, fruto, y semilla. Amante y amada,   contra el discurrir de los días, rodeada por un mundo que se estremece ante tanta injusticia y en el que los más inocentes son las víctimas.
 Un mundo/camino en el que ella, mujer comprometida, alza su voz contra el dolor ajeno y no se detiene demasiado en el suyo. Es consciente del implacable tiempo que fluye y se escapa, mientras ella permanece en esa barandilla/atalaya,  desde la que contempla como la fuga de los días deja su rastro en la piel y en las manos, en el espíritu  y en la psiquis, de la mujer que ama y vive. Y que decide continuar en el amor, aún con todo el peso de saberse tan vulnerable como humana.
Alguna vez
nos herimos con el vértice
de las palabras
y nos faltó algún perdón
pero mis manos siguen anhelando tu abrazo de cada tarde
y tus manos
aprenden a reconstruir las orillas de mi piel.

Nuestra poeta avanza desde la vivencia personal  hacia la visión sobre todo lo que acontece tras la realidad que asalta nuestro despertar de cada mañana, con las noticias de esos horizontes lacerados por la guerra y por el éxodo sangrante de quienes huyen en busca de un improbable futuro.
Lo expresa magistralmente en el último poema de La barandilla de los días que cierra  con tres demoledores versos:

Hay días
en que finalmente
consigo no morir.


Así, casi sin aliento, llegamos a LA SUELA DE LOS ZAPATOS.


En esta segunda parte de su poemario nos transmite que hemos alcanzado ese punto tan difícil que es el de pisar el camino, el de sentir la realidad de cada paso, el de avanzar sobre  las heridas que producen los filos de sus cristales. Mascab interioriza cada pulsación de vida, abarcando sentimientos universales que a todos nos atañen y nos conmueven.
Nos habla de la amistad, de la muerte que se lleva a quienes son nuestro patrimonio afectivo, de la decepción que produce esa amistad que se rompe y llega a doler tanto como esa misma  muerte, pues de sentir como agoniza un afecto se trata, y hay que enterrarlo y hay que seguir caminando, disimulando las heridas, como si no pasara nada.
Y hay que seguir creando, con esos versos mitad denuncia, mitad llanto, sintiendo deslizarse esas lágrimas que no caen de los ojos de la hermana en cuya mirada de detuvo la tristeza, escondida tras el humo de los innumerables cigarrillos. Y aquellas otras lágrimas de sangre, las que calaron la tierra que se extendía bajo la niña indefensa que sufrió una ablación, abrazada a quienes debían de haberla protegido.
Nada pasa desapercibido para nuestra poeta. Ella sabe que hay que escribir, porque no hay dioses que escuchen nuestras súplicas. Sólo el papel recibe sus palabras, como si de oraciones  o de súplicas se tratara, para construir con ellas los versos que alientan el alma de sus poemas:

Tengo un montón de escombros
material de reciclaje,
con ellos debo hacer una catedral.

Así las vueltas de su particular caleidoscopio nos siguen deslumbrando con las originales imágenes que crea, con el brillo de sus metáforas, bien ajustadas a unas expresiones de gran nitidez sintáctica, de belleza tan exquisita como cotidiana, y de construcción accesible para todo aquel que se detenga a leer estos poemas, de excepcional hondura bajo su aparente sencillez , con versos de ritmo ascendente, fieles a esa idea de alzar una catedral con los materiales que la vida le proporciona.
Y es que Asunción recoge las duras sombras de todo aquello que es denunciable,  a lo largo del camino vital, para traspasarlas con su  luz y transmutar el dolor en poesía y, por supuesto, en Belleza.

De esta manera llegamos a la tercera y última parte de este intenso y hermoso libro, que cierra con diez poemas numerados, bajo el título de EL INDIGENTE.


Para ser persona,
hay que llorar con el afligido, reír con el ilusionado, calzarse los zapatos del indigente y desterrar la soberbia del poderoso.

Magistral cierre de su obra, pues también aquí su caleidoscopio literario resulta resplandeciente, aunque sus aguzados filos nos sajen el alma desde las reflexiones del indigente, mediante un acertado soliloquio en el que sus sentimientos se prolongan a los zapatos, haciendo hincapié en todo el trayecto que han realizado juntos, descansando en   la noche, bajo el refugio de un puente, en el parque de una macro ciudad sin nombre. Larga noche a la intemperie de la vida y su letal crudeza. Interminable noche de soledad, sin amparo ni esperanza, que puede llegar a alcanzar a cualquiera.

La ciudad es una gran cloaca que engulle vidas
aspira las ideas de sus ciudadanos
y se nutre de las almas que llegan a ella
buscando ser libres.

Más adelante nos corta la respiración cuando, con su peculiar destreza, nos lanza unas metáforas, plenas de color y sentido.

Pobre alondra
tan sola entre tantos pájaros diferentes
¿qué pensaran de ella
los periquitos extranjeros con sus papeles
de “ya nacionalizados”
y los gorriones indígenas
que ven como otras especies
ajenas a su territorio
les echan de sus casas?

Cerramos esta magnífica obra mientras continúan los fulgores que su lectura nos ha dejado prendidos sobre las honduras de nuestro interior, allá donde se aúnan sensibilidad y conciencia.

Gracias, Mascab, Asunción Caballero, por este hermoso libro pleno de luces y de sombras, con centelleos de arco iris, de vida, y de inspiración.
Has conseguido elevar una catedral de versos, con la magia de esas aguzadas aristas del cristal que la poesía te ha ido ofreciendo, sobre algunos tramos del camino de la vida, y que tú has sabido engarzar, con destreza de orfebre, en cada una de las palabras  de este libro que nos entregas:
 LOS ZAPATOS DEL INDIGENTE.


 Asunción además de estar arropada por el público/amigos  asistentes al acto, lo estuvo por una serie de amigos que, de una  forma u otra,participamos en la presentación del libro.



Gracias, Maria Sangüesa, por  haberme  enviado el archivo con tus  palabras para que  la reseña de este libro pueda estar en nuestro blog.


 Reseña del libro hecha por Maria Sangüesa , poeta y narradora. 
.

3 comentarios:

  1. Es una sorpresa muy grata el encontrarme de nuevo en este blog, Chelo. Muchísimas gracias a María por sus palabras hacia "los zapatos del indigente" y su inmensa generosidad para conmigo.

    Gracias a tí, querida amiga Chelo, porque siempre estás cuidando/me e impulsando mi poesía y porque eres muy especial para mí. Nunca podré agradecer suficiente todo tu apoyo.

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  2. Precioso y minucioso análisis que con sumo gusto subscribiría, si no fuera entrar en la propiedad intelectual de otra persona. Celebro que hayas recibido este minucioso comentario a tu obra, la cual espero y deseo que te siga dando muchas satisfacciones.
    Un fuerte y cálido abrazo.

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    Respuestas
    1. Gracias Paco. Tu cariño me llega siempre. Un abrazo

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