26 de junio de 2012

"SUNSET PARK". Paul Auster.

Anagrama, 2010. 278 págs.



Esta es la segunda obra de Auster que comento aquí. Casualidad, más que nada.
Es su última novela (2010), pero hasta ahora no llegó a caer en mis manos: cosas de la recesión, la crisis, la prima esa de tanto riesgo, que nos hace esperar incluso a los amantes de los libros. Esperar hasta encontrarlos más baratos, de segunda mano, prestados, o lo que sea...


Hay un protagonista principal, Mike Heller, un tío de 28 años que desde los 20 rompió todos los lazos que lo unían a su familia, y su vida anterior en su ciudad: la sempiterna Nueva York, por razones que iremos descubriendo a lo largo del libro.


Pero yo calificaría a ésta como una novela de personajes.
De hecho, cada capítulo lleva el nombre de uno de ellos.
Algunos, aparentemente "secundarios", están magistralmente retratados, como Bing Nathan, el único amigo con el que Mike Heller mantiene una correspondencia  durante su voluntario exilio:


"Es el guerrillero del agravio, el campeón del descontento, el detractor militante de la vida contemporánea que sueña con forjar una nueva realidad con las ruinas de un mundo fallido. A diferencia de la mayoría de los inconformistas de su clase, no cree en la acción política. No pertenece a movimiento ni a partido alguno, nunca ha hablado en público, no tiene deseos de sacar a la calle hordas políticas para quemar edificios y derribar gobiernos. Su postura es puramente personal, pero si vive de acuerdo con los principios que ha establecido para sí mismo, está convencido de que otros seguirán su ejemplo.
Cuando habla del mundo, entonces, se está refiriendo a su mundo, a la reducida y limitada esfera de su propia vida, y no al mundo en general, que es demasiado amplio e imperfecto para que tenga influencia alguna en el suyo. Se concentra por tanto en lo habitual, lo particular, en los detalles casi imperceptibles de los asuntos cotidianos. Las decisiones que toma son necesariamente menores, aunque eso no quiere decir que carezcan de importancia, y día tras día procura cumplir con la norma fundamental de su descontento: oponerse a las cosas tal como son, resistir en todos los frentes a la situación establecida.
(...) Sus actos de rebelión son baladíes, quizás, gestos irascibles que consiguen poco o nada incluso a corto plazo, pero contribuyen a realzar su dignidad como ser humano, a ennoblecerlo a sus propios ojos."




Hay que tener en cuenta que esta novela está situada en el epicentro de la recesión económica y que los personajes que la habitan, algunos de ellos muy relacionados con el mundo editorial, se ven fuertemente marcados por la misma. Así comienza el libro, refiriéndose al personaje de Mike Heller:


"Durante casi un año ya, viene tomando fotografías de cosas abandonadas. Hay como mínimo dos servicios al día, a veces hasta seis o siete, y siempre que entra con sus huestes en otro domicilio, se enfrenta con las cosas, los innumerables objetos desechados por las familias que se han marchado. Los ausentes han huido a toda prisa, avergonzados, confusos, y seguro que dondequiera que habiten ahora (si es que han encontrado un lugar para vivir y no han acampado en la calle) sus nuevas viviendas son más pequeñas que los hogares que han perdido. Cada casa es una historia de fracaso -de insolvencia e impago, deudas y ejecución de hipoteca- y él se ha propuesto documentar los últimos y persistentes rastros de esas vidas desperdigadas con objeto de demostrar que las familias desaparecidas estuvieron allí una vez, que los fantasmas de gente que nunca verá ni conocerá siguen presentes en los desechos esparcidos por sus casas vacías."




Otro fragmento sobre Mike Heller, con el que ya le cogemos cariño, seguro: 


"Paga poco de alquiler, porque vive en un apartamento pequeño, en un barrio humilde, y aparte de gastar dinero en necesidades básicas, el único lujo que se permite es comprar libros, volúmenes de bolsillo, narrativa en su mayor parte (...), pero en el fondo los libros no son lujos sino necesidades, y la lectura es una adicción de la que no desea curarse."


Se lee con muchas ganas porque va abriendo (o entreabriendo) múltiples posibilidades acerca de las futuras relaciones afectivas entre todos los personajes principales.


En las 2 ó 3 últimas páginas se desencadena un final tremendo y que nos deja con ganas de más: es una novela que podría haber continuado. Como continúa la propia vida.


Una novela pura, sin más experimentos que los que supone enfrentarse a la realidad y contarla.



22 de junio de 2012

La librería ambulante. Christopher Morley.




La librería ambulante
Editorial : PERIFERICA

Autora : Christopher Morley


El amor por los libros o la pasión por encontrar lo que esconden, son dos inquietudes de quienes de verdad, sentimos que los libros forman parte de nuestras vidas. No es de extrañar por tanto, que en mi caso, haya títulos que no pueda dejar de leer : bien sea La librería de Penelope Fitzgerald (que reseñaré en otro momento), o el último que ha caído en mis manos: La librería ambulante de Christopher Morley, editada por primera vez en España a manos de la editorial Periférica.

La librería ambulante se desarrolla a comienzos del siglo XX en tierras norteamericanas, donde las vidas de los ganaderos y agricultores eran más bien rutinarias y carentes de estímulos.

Mifflin, el protagonista de la historia, un hombre pequeño e inquieto con un amor obsesivo por las letras impresas, viaja en un carromato, el Parnaso, acondicionado como pequeña librería ambulante, tirado por su caballo Pegaso, y acompañado por su perro fiel Bock. Su peculiar misión es llevar los libros a todas las granjas que pueda visitar de forma personal. Había comprobado que los granjeros sólo tenían una Biblia, o una compilación de rezos que ninguno había conseguido leer. Es tal su entusiasmo por acercar la literatura a las personas más sencillas, que en su elocuencia sabe vender desde un buen libro de cocina a las obras completas de Sahkespeare, pero únicamente, si la persona está preparada para tales lecturas.

El libro arranca en el momento que se plantea vender el Parnaso, porque quiere dedicarse a escribir un libro propio con todas sus ideas, y animar a otros a que emprendan idéntica aventura. “Imagínese lo que significaría” - dice Mifflin – si algún hombre rico creara un fondo para equipar cien o más caravanas como ésta para llevar la literatura a todos los distritos rurales” (página 81).

El Parnaso lo vende a Helen McHill, hermana de Andrew, un escritor próspero a quien desea dar una buena lección por los muchos años de servidumbre a su lado. Helen, compra el Parnaso y se embarca en la aventura de recorrer los polvorientos caminos y la ilustrada senda creada por Mifflin, y de esta forma, transcurren 182 páginas en un suspiro, sin darnos tiempo a pensar en lo qué está sucediendo. Y lo que sucede, es muy sencillo : cuando un libro está bien escrito, cuando su prosa es llevadera, cuando su ironía es de la que te hace sonreír sin complejos, entonces, solo entonces: te sientas en el pestante del Parnaso y te haces amiga de Helen, y te enamoras de Mifflin, y acabas reflexionando igual que lo hace Helen en el último capítulo : “Una aventura que, habiendo comenzando como una mera broma o un capricho, había acabado por convertirse en la sustancia misma de la vida. ¡Me dan pena las mujeres que nunca tuvieron la oportunidad de vivir una extravagancia! (pág 162). A lo que añado en mi reflexión particular: “me dan pena las personas que nunca tuvieron un libro en sus manos”.

El escritor Christopher Morley (1890-1957) nació en Haverford, Pensilvania. Fue uno de los periodistas más prestigiosos de su época. Esta es su primera novela, publicada en 1917. Inteligente, lúcido y sofisticado fue un escritor de éxito y al mismo tiempo escritor de culto. Sus dos grandes maestros, compatriotas suyos, fueron Walt Whitman y Mark Twain.

17 de junio de 2012

EL CAMINO ABIERTO POR JESUS



EL CAMINO ABIERTO POR JESUS (Mateo 1). 3ª edición,  EDITORIAL PPC- MADRID
de JOSE ANTONIO PAGOLA  



Los evangelios de Jesús fueron escritos muchos años más tarde de su muerte y a lo largo de la historia la Iglesia ha dado una interpretación difertente según la época. El libro del teólogo Pagola es una aproximación al mensaje original de Jesús. Algunos de los textos que se adjuntan ayudan a entender lo que Jesús quiso transmitirnos.

Tarde o temprano todos corremos el riesgo de instalarnos en la vida, buscando el refugio cómodo que nos permita vivir tranquilos, sin sobresaltos ni preocupaciones excesivas renunciando a cualquier otra aspiración.
Logrado ya un cierto éxito profesional, encauzada la familia y asegurado de algún modo el porvenir, es fácil dejarse atrapar por un conformismo cómodo que nos permite seguir caminando la vida de la manera más confortable.
Es el momento de buscar una atmósfera agradable y acogedora Vivir relajado en un ambiente feliz. Hacer del hogar un refugio entrañable, un rincón para leer y escuchar buena música. Saborear unas buenas vacaciones. Asegurar unos fines de semana agradables.
Ocurre con frecuencia que es entonces cuando la persona descubre con más claridad que la felicidad no coincide con el bienestar. Falta en esa vida algo que nos deja insatisfechos. Algo que no se puede comprar con dinero, ni asegurar con una vida confortable. Falta sencillamente la alegría propia de quien sabe vibrar con los problemas y necesidades de los demás, sentirse solidario con los necesitados y vivir de alguna manera más cerca de los maltratados de la sociedad. Según Jesús lo único que Dios quiere es que sus hijos e hijas vivan una vida digna y dichosa.
Jesús advierte muchas veces a los escribas y sacerdotes de uno de los peligros que amenazan a los profesionales de la religión: hablan mucho de Dios, creen saberlo todo de él, predican el orden y la moral. Pero pueden terminar haciendo la vida de las personas más dura y penosa de lo que ya es.
No es mala voluntad, pero hay un modo de entender lo religioso que no contribuye a una vida más plena y digna.
¿Dónde buscan los hombres de hoy la felicidad? ¿A qué puertas llaman buscando salvación? Para la gran mayoría, la felicidad está en tener más, en comprar más, poseer más cosas y más seguridad. Acumular, acumular: en esto consiste la ley y los profetas. Otros buscan el goce inmediato e individualista: sexo, drogas, diversión, cenas fin de semana; hay que huir d los problemas, refugiarse en el placer del presente. Hay quines se entregan al cuidado del cuerpo, lo importante es mantenerse en forma, ser joven, no envejecer nunca. Es bueno que el hombre busque un bienestar mayor, pero, ¿qué plenitud puede haber tras ese afán de poseer televisores cada vez más perfectos, coches más veloces, electrodomésticos más sofisticados?
Se oye hablar de una renovación de nuestra sociedad, de una reforma de estructuras. Pero pocos se preocupan por acrecentar su capacidad de amar y se tiene como ideal de vida el “sentirse bien”. Para lograrlo cada una debe organizarse la vida a su gusto. N hay que pensar en los problemas de los demás. Lo que haga el otro es cosa suya. No es bueno meterse en la vida ajena. Bastante tiene uno en sacar adelante la suya.