Su
lectura es como un proceso de ósmosis, cada verso es una gota que se deposita
en la memoria y nos aparta de lo no potable; nos limpia de residuos, de todo
aquello que nos envilece. Hay una curiosa similitud entre el estudio orográfico
del paisaje y nuestras entrañas: los pliegues, las fracturas, los
arañazos…Cicatrices, que por muy brutales que parezcan, acaban encerrando
belleza como dice Piedad Bonnett.
Abre
con una breve Crónica, un «jirón
de eternidad» (en la cita de Raquel Lanseros), que empieza con una Promesa
y acaba con el Diagnóstico de la Soledad.
A
partir de este momento, Elena asume las consecuencias de dejar que la vida, en
cualquiera de sus formas, haya inundado su alma. Ella nos describe universos
externos e internos, sus paralelismos… ¿Cómo podemos expresar la infinitud con
lo finito? La poeta se asoma al Espacio
Vacío (segunda parte), se enfrenta al recorrido del horror vacui en el mundo del arte y la ciencia;
no deja de ser curioso que el concepto se haya instalado en esta era de
conocimiento, pues es directa la proporción entre la información recibida a
golpe de clic y la oquedad que nos habita.
Cuánta
verdad encierran algunos versos como «El universo es una gran ausencia»; aún
así, al amor vamos y venimos, buscamos lo más profundo, deseamos bucear en
nuevas densidades hasta que nos topamos con una roca impermeable, tal y como nos
dibuja en Acuífero, un poema en el que explica cómo se derrama el
tiempo.
En Petrología y Propiedades
mecánicas (tercera y cuarta parte), detalla con metáforas
brillantes y muy estudiadas, la erosión, el enfriamiento, la litificación, la
dureza…La vida misma. Es un placer viajar a través de paisajes geológicos para
llegar a la conclusión de siempre: somos lenguaje; hoy es más necesario que
nunca seguir escarbando en lo que somos, buscar nuevas imágenes que nos inviten
a la reflexión y nos alejen de lo mediático e inmediato.
La despedida es pues, Otro Idioma; no hay Duda
(poema de belleza infinita), de que el aprendizaje dura toda la vida.
Si una fiesta es un
triunfo del lenguaje (tal y como dice Rosa Berbel):
¡Enhorabuena y gracias por este fiestón!
Una última cosa; leer a
Elena es sentir también cierta protección, esa que nos aproxima al deseo de ser
cartílagos frente a la ola de violencia.
Elena Felíu Arquiola (Valencia, 1974) es profesora en el
departamento de Filología Española de la Universidad de Jaén. Su libro
"Las palabras y los días" (XIX Premio Gerardo Diego de poesía para
autores noveles, Diputación de Soria, 2004). "Secreta arquitectura"
(XXIV Premio Leonor de poesía, Diputación Provincial de Soria, 2006),
"Poemas en el margen" (La Isla de Siltolá, 2015) y
"Anuario" (La Isla de Siltolá, 2022). "Otro amor" es su
quinto poemario.
Me encanta conocer nuevos autores. Gracias por ello. Besos :D
ResponderEliminar