1 de febrero de 2015

Ofrenda a la tormenta. Dolores Redondo

Con esta última entrega, Dolores Redondo concluye su trilogía del Baztán. Y lo hace de una manera brillante, sorprendente, manteniendo la tensión hasta el último momento ya que el desenlace se comienza a intuir cuando faltan muy pocas páginas para el final.


En las novelas anteriores nos fueron presentadas las figuras mitológicas de Basajaun y de Tártalo. En ésta se nos muestra un nuevo personaje mitológico: Inguma, genio maléfico que aparece de noche en las casas, cuando sus moradores está dormidos, y tiene la costumbre de apretar la garganta de alguno de ellos dificultándoles la respiración. Este es un leimotiv que se impone a lo largo del relato.

El fallecimiento en Elizondo de una niña, con la apariencia de una "muerte de cuna", en extrañas circunstancias y la peculiar actuación del padre de la criatura, da pie a la inspectora de la policía foral navarra, Amaia Salazar, a investigar una serie de fallecimientos de este tipo en localidades cercanas al río Baztán acaecidos durante un dilatado periodo de tiempo.

A mi juicio, Ofrenda a la tormenta es, si cabe, todavía más brillante e intensa que las anteriores. La ambientación del Baztan es magnífica, donde las mujeres, con gran carácter, tienen una importancia predominante. Los diálogos continúan siendo naturales y muy fluidos. Las situaciones de intriga se suceden unas a otras de tal manera que cada capitulo pone ante nuestra imaginación un nuevo hecho sorprendente. Página a página, se va tejiendo una red que, al mismo tiempo que nos encamina hacia el desenlace final, nos descubre los vínculos existentes entre los crímenes que se describen en ésta  y los narrados en las anteriores novelas de El guardián invisible y Legado en los huesos, formando un todo, una historia única, tal como anunció la escritora donostiarra afincada en Cintruénigo.  

Según nos cuenta Dolores Redondo, el germen de la trilogía está en unos hechos ocurridos treinta años atrás: un grupo de personas participaron en el asesinato ritual de una niña de catorce meses en un caserío de una localidad navarra, en el que sus propios padres la entregaron como sacrificio, haciendo desaparecer después el cadáver, uniéndose al riguroso pacto de silencio que todos los miembros de la secta han respetado hasta la actualidad, puesto que la investigación todavía continúa abierta.

Dolores Redondo en la presentación de Ofrenda a la tormenta

Cuando en diciembre asistí a la presentación del libro, se le preguntó a la autora si habría continuación, a lo que respondió categóricamente que no, que la historia era única y se había dividido en tres novelas para hacerla más manejable debido a su extensión. Sin embargo, dejó la puerta abierta para utilizar el personaje de Amaia Salazar en alguna historia posterior. Añadió que la novela que tiene ahora en preparación no tiene nada que ver con la trilogía del Baztán.

Al inicio de la obra, en la página de dedicaciones, figuran tres. La última, muy emotiva, dice lo siguiente refiriéndose a la niña sacrificada:

"Y sobre todo para Ainara.

No puedo darte justicia, pero al menos recordaré tu nombre".

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