Acabo de leer El sueño del Celta, la última publicación de Mario Vargas Llosa, tras haber conocido una serie de juicios contradictorios sobre ella. La mía no va a ser una crítica literaria, para eso ya hay personas más cualificadas y especializadas que yo, sino una serie de impresiones muy subjetivas sobre esta obra que quizá puedan orientar al futuro lector en su elección.
Este relato toma como base la vida del irlandés Roger Casement. La narración se desarrolla en dos coyunturas alternativas, la primera en la cárcel de Londres en la que se encuentra condenado a muerte por sedición en espera de una conmutación que nunca llegará; la segunda es la biografía de Casement desde su infancia en quien se fue fraguando el ánimo aventurero que lo determina a embarcarse como diplomático inglés hacia el Congo Belga en cuyo territorio tiene conocimiento de las brutalidades que los colonizadores descargan sobre los aborígenes para someterlos y aprovecharse sus recursos naturales. Es el argumento de la primera parte denominada El Congo.
Más tarde viaja también al territorio amazónico como encargado de una comisión investigadora desde la que denuncia las atrocidades a las que los dirigentes de la Peruvian Amazon Company someten a los indígenas para la extracción del caucho. Sus indagaciones y experiencias en El Perú, de Iquitos al Putumayo constituyen el temario de la segunda parte titulada La Amazonía.
En ambos casos el protagonista nunca es testigo presencial de estos actos, descritos minuciosamente, sino que los conoce de oídas y en algunas ocasiones de forma anónima.
El nexo de unión de estas dos primeras piezas lo constituye la rememoración por parte de Roger Casademont de la última fase de su vida en la que, como consecuencia del descubrimiento de este mundo insospechado de vileza, infamia y perversidad, abandonó la postura de leal servidor y defensor de la corona británica para convertirse en uno de los más acérrimos independentistas, en un revolucionario que no dudó en arrostrar los más osados riesgos que le llevaron definitivamente a su arresto y posterior ejecución una mañana de 1916. Este es el guión de la tercera parte denominada Irlanda.
A pesar de que las dos primeras partes son un tanto reiterativas con la narración de las aberraciones, torturas, violaciones y muertes a que son sometidos los indígenas congoleños y peruanos por los expoliadores extranjeros llegados a sus tierras, el texto siguió acaparando mi atención. En la tercera se atenúa el interés notablemente. Los principales sucesos de la faceta independentista ya han sido revelados en las dos anteriores por lo que la seducción se va diluyendo en las páginas restantes.
"Aquí se cuenta la peripecia vital de un hombre de leyenda: el irlandés Roger Casement. Héroe y villano, traidor y libertario, moral e inmoral, su figura múltiple se apaga y renace tras su muerte."
Esto es lo que escribe Ricardo Senabe en la contraportada. Yo no tengo la certeza de saber si lo que he leído se trata de una novela biográfica o una biografía novelada.
Comencé este relato con gran entusiasmo y poco a poco el atractivo fue decreciendo, posiblemente debido al carácter exhaustivo y repetitivo de todas las infamias cometidas por los explotadores. En el último tramo la apatía se hizo dueña de mí, haciéndome más tediosa la lectura. Desde luego no es la novela que más me ha gustado del escritor peruano.
Para los que, como yo, tienen dificultades para leer a los autores sudamericanos, les diré que esta narración es la más "castellana" de las de Mario Vargas Llosa. Apenas aparecen palabras utilizadas comúnmente al otro lado de charco. Solamente he constatado "cuadra" por calle. No recuerdo ninguna más, pero quizá se me haya pasado por alto alguna otra.
Querido Felipe: todo lo haces exhaustivo, preciso, exquisito y desde tu opinión sincera; por ello mi reconocimiento a ti y mi agradecimiento. Un abrazo.
ResponderEliminarEstimado Felipe:
ResponderEliminarGracias por la información. Es un libro que me han recomendado para leer. Saludos.
David
Me parece un libro apetitoso, gracias Felipe por tus impresiones. Creo que lo voy a comprar. Mi cariñoso saludo y agradecimiento.
ResponderEliminarMuy agradecido por tu análisis, sobre este libro. Siempre es una buena referencia, para su adquisición.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Ramón
No he leído aún ninguna obra del flamante premio Nobel; me dejas con la duda de si sería ésta una buena para empezar. Se agradece tu comentario.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo más que esta te recomendaría Conversación en la catedral, La ciudad y los perros o La fiesta del chivo, por ejemplo.
EliminarUn saludo cordial desde mi mejana
Recibido. Muchas gracias, Felipe.
EliminarUn saludo.
interesante analisis
ResponderEliminarTengo otras novelas pendientes de Vargas Llosa antes que esta. No sé por qué, pero no me termina de llamar la atención. Gracias por tus opiniones, Felipe!!
ResponderEliminarFelipe, a Vargas Llosa igual lo quiero que no lo puedo soportar.
ResponderEliminarHe leído La fiesta del chivo, que logró agobiarme pero reconozco que está muy bien escrita, Travesuras de la niña mala, que me encantó, Pantaleón y las visitadoras, que me sorprendió un poco. Tengo en lista de espera La tía Julia y el escribidor, que me han dicho que está bien. Con El sueño del Celta no sé si atreverme de momento. De todas formas muchas gracias por tus apreciaciones.
abrazos
Las referencias para los buenos libros, siempre se encuentran aquí.Gracias Felipe por compartirlo a través de tu análisis. Un cordial saludo desde Argentina.
ResponderEliminarRublo, en este blog encontrarás no sólo la reseña del libro La fiesta del chivo sino todo un debate que hicemos en su momento.
ResponderEliminarTe dejo el enlace en el nombre del libro.
Gracias Felipe por tus aportaciones y por la sincera opinión sobre el libro