
No se trata de un ajuste de cuentas con la desgracia de esa terrible pérdida… ¿O sí? Bueno, lo que quiero decir es que la autora no se dedica a relatar su sufrimiento de forma sensiblera, como a primera vista podría pensar cualquiera. Hace algo más difícil: transforma una experiencia personal en algo universal, en una obra en la que muchas mujeres pueden verse reflejadas. Y eso lo hace tomando como hilo conductor la historia de Marie Curie (Madame Curie). He aquí que me encuentro con una parte de la vida de esta científica, contada de una forma tan sencilla, tan cercana a lo cotidiano, que, a pesar de no tener interés por los temas científicos que ocuparon la vida del matrimonio Curie, acaba enganchándome.
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El matrimonio en el laboratorio |
Y es que Rosa se adentra en la historia de amor de esos
personajes. Mejor dicho: en la historia de los amores, porque, no sólo se
amaban como pareja, y apasionadamente, sino que se dedicaban a su trabajo con el mismo ardor y pasión, como
si les fuera la vida en ello. Por eso,
por el tipo de relación que le unía a su marido, se entiende muy bien el dolor de Marie Curie,
cuando éste muere en un trágico accidente. Ella tenía sólo 38 años, él 47. Se
encontró de pronto que perdía al compañero de su vida en todos los sentidos. Lo
vivían todo con igual apasionamiento y devoción; disfrutaban igual de su
trabajo en el laboratorio, que de unos días de campo con sus hijos: eran
verdaderos compañeros de camino.
La historia está llena de
detalles de la vida profesional de la pareja Curie, pero, sobre todo, nos muestra el mundo emocional de ella; su
lucha por llegar a donde ninguna mujer hasta entonces había llegado; la relación
tan especial que la unía a Pierre, su compañero; sus sacrificios para poder
llevar adelante su mundo privado, sin renunciar a la maternidad, y al mismo tiempo, destacar en el otro mundo:
el público, el científico, vetado a las
mujeres en esa época. Y algo que nos
parece raro, mirado desde el presente. Al menos a mí me ha sorprendido: la
forma como esta mujer vive el amor; una forma muy desinhibida y pasional, si tenemos en cuenta que hablamos de final del
siglo XIX y principios del XX. Una mente tremendamente racional, combinada con
un espíritu romántico, capaz de superar todos los obstáculos para conseguir lo
que se propone, y amar sin tapujos ni represiones absurdas al hombre de su
vida. Ese es el atractivo de esta mujer. Y Rosa Montero habla de todo ello también
con mucha pasión.
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Marie Curie con sus dos hijas |
Tengo la sensación de que se identifica muchísimo con ella,
la comprende y se siente heredera de esa lucha.
Pero claro, lo que realmente hace especial el libro, es la lectura de
ese pequeño diario íntimo, escrito por
Marie Curie, tras la muerte de su marido, en el que se desnuda; en el que
vuelca todo su mundo interior, su dolor, su terrible soledad, incluso su culpa
por tener que suplir a su amado Pierre en las clases de La Sorbona. Ese pequeño
documento, que Rosa Montero añade como apéndice al final de su relato, ayuda a
comprender todo lo que la autora nos muestra sobre la vida de Madame Curie. Está claro que Rosa quiere hablar de ella, de
Pablo, de su dolor y su soledad, pero el pudor la coarta, restringe su libertad
para poder confesarse en público, para hablar en primera persona todo lo que
quizás le gustaría. Sí, es verdad, a lo largo del relato, entra en algunos
detalles de su propia biografía, al hilo de lo que nos está narrando, pero de
puntillas, con sumo cuidado y respeto por Pablo, al que parece que no le
gustaba nada ser famoso. Pero, francamente, no es necesario, admirada Rosa.
Cuando acabé el libro, este jueves por la noche, entendí perfectamente cómo te
has podido sentir al perder al hombre más importante en tu vida. Y por eso
lloré, mientras acababa el diario de Marie Curie, porque me puse en tu lugar y
en el lugar de todas esas mujeres que pasan por la experiencia que cuentas tan
magistral e inteligentemente. Y sé que también yo podría vivir algo parecido y
sufrirlo de igual modo.
Y ahora, una vez acabada esta
lectura, vuelvo a la página 23 y transcribo un párrafo que para mí tiene mucho
sentido, porque, al menos dos veces en mi vida, lo he podido experimentar. Pero eso ya es otra historia: la mía.
“El verdadero dolor es indecible. Si puedes hablar de lo que te
acongoja estás de suerte: eso significa que no es tan importante. Porque cuando
el dolor cae sobre ti, sin paliativos, lo primero que te arranca es la palabra.
Es probable que reconozcas lo que digo ; quizás lo hayas experimentado, porque
el sufrimiento es algo muy común en todas las vidas (igual que la alegría)
Hablo de ese dolor que es tan grande que ni siquiera parece que te nace de
dentro, sino que es como si hubieras sido sepultada por un alud. Y así estás.
Tan enterrada bajo esas pedregosas
toneladas de pena que no puedes ni hablar. Estás segura de que nadie va
a oírte”
Un libro que tengo que leer sí o sí, que esta autora me gusta mucho. Y este fragmento que has puesto me ha dejado... SIn palabras. No hay mejor manera de definir lo que pasa en estos momentos, lo que significa el dolor...
ResponderEliminarBesotes!!!
Un beso, amiga Margari. Que lo disfrutes.
EliminarAunque he tenido algún "desencuentro" con Rosa Montero creo que voy a volver a rendirme a ella con este libro. Buena reseña Teresa. Un saludo.
ResponderEliminarMe alegro de que gracias a la reseña, vuelvas a Rosa. No siempre nos satisfacen los autores, pero a veces nos sorprenden.
EliminarUn abrazo
La verdad es que hasta la fecha Rosa Montero siempre me sorprende obra tras obra y todas de forma muy positiva. Esta historia además lleva el añadido de adentrarse en una historia que me interesa: la de la figura de Marie Curie, así que no la dejaré pasar.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues venga, anímate y lo lees. Seguro que te va a interesar.
EliminarUn saludo Mariuca.
¡Los pelos de punta, tengo! Hace tiempo que este libro me ronda por la cabeza y cuando eso ocurre... acaba cayendo. Además de por todas las emociones que contiene, me atrae por el acercamiento que ofrece a la figura de Marie Curie, una mujer asombrosa de la que al final poco sabemos desde un punto de vista más personal.
ResponderEliminarLa reseña fantástica, Teresa.
Un besito
Gracias Anuca. Lo he escrito con el corazón. Tal y como me iba saliendo de adentro.
EliminarUn abrazo para ti.
Por cierto, Anuca: Tienes un blog precioso. Te felicito.
EliminarTERESA
Totalmente de acuerdo contigo, a mi también me ha gustado.
ResponderEliminarUn saludo.
Teresa lo tengo en la estantería esperando tener algo de tiempo para leerlo, estupenda tu reseña. Gracias
ResponderEliminarabrazos
Pues ¡ala!... Te animo a que te pongas con él. Gracias.
EliminarUn saludo
Me resulto verdaderamente interesante esta lectura entre otros, pondre este libro en mi blog.Te invito a visitarme.Un calido saludo.Feliz semana.!!
ResponderEliminarCon mucho gusto, amiga Idolidia. Un abrazo cordial.
EliminarTERESA
Hola Teresa,
ResponderEliminareste libro lo tengo empezado en mi kindle desde hace un par de semanas y me encanta que no sea sensiblero, que no acabe teniendo el pañuelo junto a la mesilla de noche porque no estoy ahora para llorar.
Me leí hace tiempo una biografía de Curie que me encantó, y ahora al leer cómo ha enhebrado Rosa Montero esta novela "inclasificable" como bien dices, estoy disfrutando el doble.
Muchas gracias por tu reseña, y cuando lo acabe aportaré algo que aún no esté dicho. :)
Un besote.