Para los aficionados a los microrrelatos o relatos cortos
pronunciar el nombre de Lola Sanabria es quitarse el sombrero. De hecho, ahora que estoy escribiendo esta pequeña reseña, acaba de llevarse una nueva mención en un concurso. Para ello sólo existe una razón: su calidad.
El resultado de esta calidad es Partículas en suspensión,
finalmente publicado por Talentura. Por suerte para todos los que nos gusta
leer lo que Lola escribe. Ha costado poder verlo en papel pero ha merecido la pena.
En el libro hay 95 partículas extraordinarias, sin desmayo,
sin que decaiga el pulso de la narrativa de Lola Sanabria.
La mayoría de los relatos están basados en hechos
"cotidianos". No son relatos fantásticos, son cosas que pueden
ocurrir en casa del vecino, en la de alguien de la familia, incluso en la
nuestra propia. Los protagonistas son mujeres, niños, ancianos que nos hablan
de abandonos, de malos tratos, de soledad, de amor, de ternura. Ternura que se
manifiesta, en especial, cuando los relatos tratan de la vejez o de la infancia.
Acontecimientos diarios, reales.
A pesar de que los temas son muy sensibles, Lola los trata
con una sutileza increíble, con una prosa lírica que pone los pelos de punta.
¿qué se puede decir cuando un relato, el primero, el que da nombre al libro,
comienza así?
La noche, esquinada y
morosa, se va, remoloneando. Y entra la luz lenta, dividida. Tímida. Apenas
empuja las sombras.
No importa que lo que sigue a continuación sea duro, porque
Lola lo trata con ternura, sabiendo disponer las palabras exactas para que la
historia no hiera, pero te obligue a pensar.
Una de las cosas más destacables de Lola, no sólo en este
libro, es su fuerza narrativa, su capacidad de sintetizar en pocas palabras,
con apenas imágenes que se te clavan en el cerebro, una historia. Cualquiera.
Tiene esa capacidad.
La metamorfosis
Mis padres iban al
mercado los viernes. Abrían el carro y olía a fruta fresca y a pan tierno.
Luego se anudaban los delantales, se metían en la cocina, y la casa se llenaba
del aroma a cordero asado, sopa de cocido, pescado y carne a la plancha y
palito de canela hirviendo en el arroz con leche. Pero cuando la empresa de papá
presentó el ERE y a mamá la echaron del hospital, el interior de la nevera se
cubrió de moho. Y a nosotros nos envolvieron, como crisálidas invernando en su
capullo, las nervaduras de las verduras descompuestas-
En definitiva, que Partículas en suspensión es un magnífico
libro de microrrelatos, con el sello de Lola Sanabria, con su originalidad, su
particular manera de contarnos la vida. 95 relatos, 95 de pura literatura.
Y por si hubiera alguna duda, a pesar de lo que acabo de decir, esta muestra. Relato ganador en el programa Wonderland de Radio4
ENSAYOS
Repaso sus ropas, las plancho, las doblo, les introduzco caramelos en los bolsillos del pantalón. Coso el ojo al hipopótamo, los lunares a la mariquita, la estrella a la varita del hada madrina. Les preparo macarrones con tomate, arroz, croquetas, albóndigas y hamburguesas. Lo guardo todo en tupers etiquetados, dentro del congelador. Dejo leche y pan con chocolate sobre la mesa de la cocina, para la merienda. Escribo con mayúsculas una nota de despedida y la sujeto con un Bob Esponja a la puerta del frigorífico. La última vez llegué hasta la estación, tal vez hoy pueda coger ese tren.
Últimamente estoy leyendo muy buenos libros de relatos y parece que las editoriales están apostando más por este tipo de literatura. Me apunto el título.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Elena, otra vez tú sacándome los colores.
ResponderEliminarMil besos.
Tomo nota.
ResponderEliminarAbrazo!