Hijo de una familia humilde y de una ciudad bimilenaria,
Matteo Barbato (Nápoles, 1973) estudió Sociología antes de enamorarse de Madrid
y de su gente.
Actualmente es miembro de la Unión Nacional de Escritores de
España (UNEE), de Escritores en Red (EnR), de la Asociación Colegial de
Escritores de España (ACE) y de la tertulia literaria presidida por el poeta y
divulgador cultural Enrique Gracia Trinidad.
Ha publicado tres libros hasta la fecha: Recuerdos, amores y
sueños, Mis versos, tu nombre y Remotas cercanías (Ed. Cuadernos del laberinto,
2020). Ha colaborado con las revistas Crátera, Revista de Crítica y Poesía
Contemporánea y Proverso, con cafés literarios y programas radiofónicos. Parte
de su obra ha sido incluida en algunas antologías, como la de Laberinto breve
de la imaginación (Ed. Cuadernos del laberinto, 2021) que reúne a los mejores
autores de la literatura hispanohablante.
Fue premiado en mayo 2020 con el primer premio del concurso internacional de poesía “María Eloísa García Lorca”.
Su último libro publicado es "Remotas cercanías" (Editorial Cuadernos del
Laberinto, 2020)
Y de este libro vamos a hablar.
Remotas cercanías.-Matteo Barbato
1.- Me detengo en el
oxímoron con el que nos recibe el libro.
¿Dónde se encuentran,
cuáles son las / tus Remotas cercanías?
M.B: He elegido este título
porque creo que resume el espíritu de este trabajo: es el fruto de una
meditación, de la presencia-ausencia de un tiempo pretérito que marca el
presente, de una época que siempre se mantendrá distante, pero que no para de
acompañarme vaya donde vaya.
El hilo conductor que une
los poemas es el viaje de un hombre que pasa por los lugares de la infancia: mi
ciudad natal, la casa de mis abuelos, mis amores de juventud... es el producto
de una visión reelaborada entre raíces e imágenes.
Remotas Cercanías es también un
agradecimiento a lo vivido, sigue el pensamiento de Bertrand Russell, filósofo
británico y ganador del Premio Nobel de literatura en 1950, que sostuvo que la
felicidad solo puede conseguirse a través de una experiencia de amor y
gratitud.
2.- Tuve ganas de
llover dices en el poema que da nombre al libro y te pregunto ¿Cómo
son esas ganas? ¿Qué o quién las provoca?
M.B: Con esta metáfora quise plasmar el sentimiento de desamparo y soledad que sentí durante algunos años cuando acusaba la ausencia de mi madre. A veces ciertas circunstancias nos marcan y cuesta resistir al día a día. El poema Remotas Cercanías (que también da nombre a este trabajo) fue en cierto modo el más difícil que he escrito, a pesar de que no tiene una estructura métrica y que se redactó con un lenguaje sencillo porque quise soltar ese niño interior que necesitaba hablar.
La felicidad, uno de los
deberes supremos del ser humano según explica la filosofía kantiana, se consigue
con el trabajo y el esfuerzo y creo que el empeño empleado en la construcción
de este poema hace (al menos en parte) a este niño digno de merecerla.
3.- El artista
crea por no temer, // escribe por no sentir su propio olvido, ¿Cuánto hay
de verdad en esos versos?
M.B: Creo que el “temor a la nada” está presente en todos los aspectos de nuestra vida, aunque no seamos conscientes de ello. Algunos autores, véase Umberto Eco o Fernando Pessoa entre otros, remarcan que la necesidad de escribir es un recurso frente a la muerte y una herramienta para la vida. Nosotros, tanto los lectores como los creativos, tenemos por delante miles de estrategias y de historias para intentar conectar con este miedo, para intentar guiar lo inconsciente y ser finalmente mejores.
4.- En la primera parte
del libro, la que titulas Raíces, nos hablas de las tuyas y en el poema “En el
patio” leemos me dueles como un juguete roto y te pregunto. ¿Cómo
es ese dolor? ¿Cuándo se siente?
M.B: Cuando la enfermedad delimita o anula esa felicidad que todo niño tiene en su rostro, aparece el espectro de la pérdida. La pérdida de la infancia, repentina o no, es una de las noticias más tristes que pueden leerse a diario en un periódico.
Que sea una pérdida personal
o ajena poco importa: el poema hace referencia a un hipotético futuro que nunca
ocurrió.
5.-Vamos recorriendo el
tiempo contigo y al llegar a la tercera parte te sitúas ante el espejo y, entre
otras cosas, nos dices “Observo la soledad de un cuerpo callado”: ¿Qué
descubres al observar dicha soledad?
M.B: Como digo al principio,
muchos poemas de este libro son el resultado de una meditación, de un
razonamiento, de un proceso. La soledad es parte de nuestra rutina, es la
fuente por excelencia, es la verdad que nos llega sin necesidad de palabras, es
la crudeza de la imagen reflejada en el espejo, es el trabajo del tiempo.
En este caso el cuerpo es
la memoria y su cincel es el tiempo: el espejo solo refleja este trabajo
refinado y lento que se desarrolla de forma constante.
6.- La última parte la
titulas “Poemas salvados de la hoguera”
¿Qué tiene que hacer un
poema para poder estar en esa parte?
M.B: No hay normas, al menos no
las hubo por mi parte: fue el ejercicio arbitrario de un autor que quiso salvar
algunos poemas por un tema meramente sentimental. Adolfo Bioy
Casares escribió “La Salvación”, un minicuento que es una historia de tiempos y
de reinos pretéritos. Recomiendo su lectura, os ilustrará a este respecto.
7.-El hecho de que sea un audiolibro le da un valor añadido pues los poemas crecen en las voces que habéis escogido para ellos. ¿Cómo y por qué surgió esta idea?
M.B: Como explico en los agradecimientos, la idea de convertirlo en audiolibro nació cuando presenté mi libro “Mis versos, tu nombre”. En esta ocasión invité algunas voces para la lectura de unos poemas y me impactó el salto cualitativo que tuvieron mis versos. Aún doy las gracias por la magnífica interpretación de aquellos que intervinieron.
La idea de convertirlo en
audiolibro se hizo realidad gracias a la ayuda de Julia Villalba y de Eduardo
Robles que me regalaron tiempo, oficio y técnica: su trabajo duró alrededor de
dos años y no me supuso ningún tipo de gasto. De la misma manera, los otros
participantes apoyaron este proyecto solidario sin pedir nada a cambio y
permitieron que este sueño viera la luz.
Sigo igual de orgulloso y
de agradecido después de un año, porque ese audiolibro es/fue el fruto de la
generosidad de muchas manos y por ello decidí que los beneficios del autor fueran
destinados a ASION (asociación infantil oncológica de Madrid). Fue un verdadero
placer hacer algo por ellos y es un orgullo haber creado de la nada este
proyecto.
Doy nuevamente las gracias
a Julia y a Eduardo y a todas las maravillosas voces de los profesionales que
participaron.
8.- Muchas gracias por tu colaboración y si quieres añadir algo más es tu momento.
M.B: La poesía me está
regalando varias satisfacciones: la más grande sin duda es la de participar (llevo
ya algunos años) en el taller de poesía de Enrique Gracia Trinidad.
A veces no me detengo ante esta suerte, pero resulta impagable devolver este regalo a la vida: me siento muy afortunado por estar entre tantos buenos poetas, bellas personas que aprecio muchísimo. Ha sido una suerte encontrarme en un taller que dirige un hombre sabio, gran poeta y mejor maestro.
Chelo de la Torre
23-4-2022