Mi amigo virtual Alberto Boutellier Caparrós tuvo la gentileza de enviarme un ejemplar de su segunda novela A pesar del silencio, cuya lectura acabo de finalizar, de la que a continuación voy a tratar de hacer una pequeña reseña.
Fernando Arbizu, el silencioso protagonista, está sumido en un coma profundo e irreversible como consecuencia de las graves lesiones producidas por un accidente de tráfico provocado por un traficante de drogas regente del Búho Azul, un club de alterne.
Dora, la abnegada esposa de Fernando, tendrá que afrontar, además de la desoladora condición de su marido, la nueva situación económica sobrevenida. Encuentra la ayuda interesada del jefe de éste, un atractivo donjuán, que le proporciona trabajo pero que desea llevársela a la cama. Recibe el apoyo incondicional de Ángel, un joven abogado que termina enamorándose de ella. Dora se debate entre el intenso amor, casi enfermizo, a su esposo y el incipiente sentimiento que brota dentro de su corazón hacia el solícito letrado.
Incardinada en esta historia de amor, una trama de traficantes de drogas, una compañía de seguros que intenta eludir sus responsabilidades y una serie de sujetos mafiosos y violentos acompañan al lector que se ha visto seducido por el relato desde las primeras líneas, hasta desembocar en un desenlace inesperado de ese incombustible amor conyugal y la maraña de la actividad delictiva.
En mi opinión, la trama está bien urdida y resuelta. Relatada con un verbo fácil, sencillo y directo, sin concesiones de ningún tipo, ni siquiera en las coyunturas eróticas y de violencia, que también las hay en el corto trayecto de sus doscientas doce páginas. Introduce además el autor la inquietante tesitura de que Fernando, aun encontrándose en estado de coma, escucha, razona, piensa y quizá hasta ve en su absoluta inmovilidad, aunque no pueda comunicarse.
Como es habitual en mí, no pretendo hacer un informe sobre los valores literarios de la novela de Boutellier. Ni se, ni quiero. Simplemente deseo trasmitir mis impresiones sobre la lectura que he realizado. Como siempre, la crítica literaria la dejo para aquellos que tienen más conocimientos que los míos.